En mi casa éramos 5. Lupe era el alma de la casa para mi hermano Jesús y yo. La acompañábamos a comprar por las mañanas cuando no teníamos colegio, jugábamos con sus nietos Rosa Mari y Pedro Antonio en la amplia cocina o por los laberínticos pasillos que se comunicaban entre sí e íbamos de paseo al campo con su padre Pedro y a veces nos enseñaba a pescar cangrejos por Lardero y a echar y recoger los reteles y preparar la carnaza..
Ella le enseñó a mi madre y le dictó las recetas de cocina riojana que mi padre trascribió en un libro basado en los apuntes de mi madre. Se ofendía si nuestros padres eran severos con nosotros...
Su hijo Pedro venía de pescar cangrejos, barbos o alguna carpa y Lupe cocinaba la parte que obsequiaba Pedro a su madre.. Recuerdio que viiví su larga agonía en mi casa cuando cayó enferma de enfermedad larga e incurable. Para mí fue muy traumática la experiencia de quedarnos sin Lupe. Tenía yo 9 años.
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