jueves, 25 de julio de 2013

Leo, la amiga de mi madre

Mi madre tenía una vida social en su juventud muy plena en el Logroño de los años 30, pero conoció en el colegio a una amiga incondicional, que durante toda su vida la acompañaba, sobre todo en el día de su cumpleaños. Era alegre Leo, y sacaba el lado positivo a todo lo que le ocurría y hacía brotar sonrisas y carcajadas a mi madre...
La he visitado a sus 97 años en el geriátrico que la atienden, acompañada por su nuera, pues perdió no hace mucho a su hijo Javier. Me trasladé con mi madre, que falleció en 1991, a su alma gemela y ha sido una de las mayores satisfacciones de mi reciente visita a Logroño. ¡Qué Dios te bendiga, Leo!
Ataviadas para una representación en el colegio de las Agustinas

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