Mi madre disfrutó de sus muñecos de porcelana de niña y se adentró en el mundo de los muñecos de trapo, creando muñecos con rasgos personalísimos, ojos de abalorios y pelo de lana, con minúsculas puntaditas llenas de paciencia y tesón. Por dentro eran como Pinocho, de aserrín de madera pero duro y apelmazado, no eran muñecos fofos, sino con forma perfecta y definida y brazos giratorios algunos. Algún día hablaré más de ellos. Conseguiré alguna foto quizás de alguno de ellos.
He compartido los recuerdos de Logroño y La Rioja desde Málaga. Gracias por la fidelidad y apoyo de estos 5 años...
lunes, 4 de enero de 2010
En el mundo de las muñecas de mi madre y sus postales
Mi madre disfrutó de sus muñecos de porcelana de niña y se adentró en el mundo de los muñecos de trapo, creando muñecos con rasgos personalísimos, ojos de abalorios y pelo de lana, con minúsculas puntaditas llenas de paciencia y tesón. Por dentro eran como Pinocho, de aserrín de madera pero duro y apelmazado, no eran muñecos fofos, sino con forma perfecta y definida y brazos giratorios algunos. Algún día hablaré más de ellos. Conseguiré alguna foto quizás de alguno de ellos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario