Esta fecha para mí, la del día de mi nacimiento, como dicen los angloparlantes, es luctuosa desde niño, pues muere mi abuelo. La casa se quedó impregnada de su presencia. Aunque no lo conocí, lo he vivido en sus objetos cotidianos contínuamente.
Fue un gran riojano y una gran persona, afable, simpático. Como médico atendía los embarazos y partos de muchas logroñesas, pues no había ginecología como especialidad en la época. Fue médico de todos:pobres, ricos y comunidades religiosas... (a su entierro acudió un desfile de ancianos de las Hermanitas de los Pobres Desamparados-estaban al final de Vara de Rey, por donde está el edificio del diario La Rioja-, a las que atendía también).
Fue un gran riojano y una gran persona, afable, simpático. Como médico atendía los embarazos y partos de muchas logroñesas, pues no había ginecología como especialidad en la época. Fue médico de todos:pobres, ricos y comunidades religiosas... (a su entierro acudió un desfile de ancianos de las Hermanitas de los Pobres Desamparados-estaban al final de Vara de Rey, por donde está el edificio del diario La Rioja-, a las que atendía también).
Forma parte de mi vida. Mi madre me hacía vivir los dichos y hechos de su padre, Santos Martínez, ya que a los diez años perdió a su madre y por eso estuvo todavía más unida a él.
Quizás este es principalmente su blog y el de ese Logroño que tanto quiso.
Desempeñó el cargo de concejal y fue Presidente del colegio de Médicos. El Ayuntamiento le permitió (se publicó en La Rioja) en su vejez sin jubilación pasar consulta en el Hospital Provincial y los Hermanos Maristas le pasaban un a modo de pensión. Eran otros tiempos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario