jueves, 5 de febrero de 2009

Soñando un Logroño nocturno





































Cuando no había cámaras digitales, los aficionados a la fotografía teníamos un sexto sentido para que salieran las fotos casi imposibles por la pobreza de luz de las calles de noche, de las emulsiones fotográficas o la imposibilidad de fotómetros o exposímetros adecuados y la falta de informatización de las cámaras.Yo no tenía todavía ni siquiera cámara réflex, pues las cámaras las compré con el dinero que iba juntando y ahorrando, como la primera Rettinette I-A que compré al inseparable matrimonio de Foto Valdi en 1968, o cuando me perdieron en la provincia entonces de Santander, cerca de Cóbreces, la primera cámara y me compré en Foto Marco una Yashica Minister-D, que tenía unas ruedas dentadas con las combinaciones de diagragma y velocidad de obturación para poder jugar con luz, profundidad de campo o focal, y enfoque y desenfoque de zonas, que hoy lo hago digitalmente en postprocesamiento, después de sacar la foto. En 1982 me trajo un parisino, hijo de emigrantes españoles, una cámara Canon AE-I, que ya estaba muy informatizada, aunque no tenía enfoque automático. Este fue el comienzo de la era pre-digital para mi. Pero antes teníamos las fotos en la cabeza y sabíamos lo que había que hacer para un efecto u otro.
En la época de estas fotos, comienzo de los 70, se podía recorrer Logroño sin nadie en las calles y no había riesgo por la seguridad personal, y hasta los padres te lo permitían porque era normal andar por la calle sin miedo a nadie ni a nada.
Podríamos titular la mayoría de estas fotos como calle anónima en semipenumbra.
Todo ha cambiado desde entonces y los vehículos sobretodo.; pero también las personas, y la difusión de las imágenes de una manera increíble...

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