Un hallazgo casi arqueológico en el trasiego del material que traje de Logroño me ha hecho encontrarme entre un legajo de papeles sin clasificar este librito de un meritorio Antonio Cillero Ulecia, oriundo de esta villa de mis veraneos en mi primera infancia, hasta el fallecimiento de Lupe y su hermana Paca, en cuya casa éramos acogidos mi familia como si la suya fuéramos en la calle del Arrabal, camino del castillo.
No he podido sino hojearlo, por lo que espero poder saber más de este lugar origen de poblaciones diversas en un centro común llamado Corcuetos. Antonio Cillero llegó a mis oídos de niño de alabanzas de mi padre hacia un muchacho de pocos estudios al comienzo y que sintió la necesidad de saber más y más de su pueblo, hasta llegar a ser una persona sabia e ilustrada, con sus pinitos en la poesía y en este libro, con dedicatoria a Benavente con el que parece se codeaba. Luis Barrón también le dedica un poema al autor. Me ha llamado la atención la foto de la fuente. Yo recuerdo acompañar con tinajas a coger agua en la yegua de Tomás, pues hasta comienzos de los 60 no hubo agua corriente en Navarrete.
No he podido sino hojearlo, por lo que espero poder saber más de este lugar origen de poblaciones diversas en un centro común llamado Corcuetos. Antonio Cillero llegó a mis oídos de niño de alabanzas de mi padre hacia un muchacho de pocos estudios al comienzo y que sintió la necesidad de saber más y más de su pueblo, hasta llegar a ser una persona sabia e ilustrada, con sus pinitos en la poesía y en este libro, con dedicatoria a Benavente con el que parece se codeaba. Luis Barrón también le dedica un poema al autor. Me ha llamado la atención la foto de la fuente. Yo recuerdo acompañar con tinajas a coger agua en la yegua de Tomás, pues hasta comienzos de los 60 no hubo agua corriente en Navarrete.
