lunes, 11 de enero de 2010

Fallecimiento del cuñado de mi abuelo Santos Martínez, Don Salustiano Marrodán (1913).- Juana Marrodán y López fue la primera mujer de mi abuelo.


(De Diario La Rioja, Febrero 1988)
"Logroño, tiempo atrás
Jerónimo Jiménez
Cronista oficial de la ciudad
Hace 75 años

Fallecimiento de Salustiano Marrodán López

Causó gran sentimiento en nuestra ciudad el fallecimiento de uno de sus grandes hijos, Salustiano Marrodán. Por espacio de casi medio siglo había dado trabajo a centenares de familias, y honró y contribuyó de una manera excepcional al desarrollo de Logroño.
Desde sus comienzos, los talleres de hierro de Juan Marrodán, establecidos en la calle Juan Lobo, gozaron por su credibilidad del favor de toda la provincia, hasta el punto de que las instalaciones ubicadas en la calle mencionada no podían atender ya en absoluto la cada vez más fuerte demanda, de aquí que asociado a sus hijos Salustiano y Juan, decidió instalarse a otros locales más amplios, sin perjuicio de los antiguos; poniendo sus miras en unos terrenos entonces aislados, entre el Espolón y el "Camino de Lardero", y que actualmente constituyen la "Ferretería Marrodán y Rezola", en la céntrica calle de Miguel Villanueva.
Separado de ellos su hijo Juan, continuaron asociados Salustiano y su padre, hasta la muerte de éste, en que quedó solo el recién fallecido Salustiano Marrodán López. La industria continuó en constante desarrollo, llegando a ser una de las más importantes de las de su clase. Luego, asociado a sus hijos Marrodán y Rezola, se desarrolló en tal forma, que se encontraba entre las primeras de España.
Prescindiendo de su actividad comercial, el finado había sido concejal liberal en el Ayuntamiento logroñés, y en numerosas ocasiones prestó su nombre y concurso para campañas económicoadministrativas. En sus últimos años se retiró de los negocios, de­jándolos en manos de sus hijos, quienes siempre le consultaban y tenían en gran estima su opinión y su consejo.
Su entierro constituyó una sentidísima manifestación de duelo, congregándose en los alrededores de la casa mortuoria un enorme gentío, como igualmente en el trayecto que había de recorrer la fúnebre comitiva. . .
Precedieron al entierro la cruz parroquial de la Redonda, alzada, acompañada de los ciriales,y cien pobres y asilados con hachones encendidos, que también llevaban como prueba de afecto al que había sido su patrono muchos trabajadores del señor Marrodán.
El cadáver de éste, por expresa disposición testamentaria, fue conducido a hombros, y del féretro pendían seis cintas,que fueron llevadas por Carlos Amusco. José María Las Heras, Pedro Rivas, Pedro de la Riva y Pablo Apellániz.
Presidieron el duelo Braulio y Marco Rezola, con suegro e hijo político del finado, respectivamente, Santos Martínez, hermano político de aquél, y los también emparentados David Marrodán, Martín Navasa y Bernabé López Merino, a quienes acompañaban en la presidencia los sacerdotes Cruz Vázquez y Valentín Lope, y Vicente Infante y Esteban Oca.
Seguía al duelo una gran multitud de personas, que de esta forma patentizaban el sentimiento producido por la figura del desaparecido.
Para dar idea de este gentío indicaré que cuando los primeros de la comitiva habían cruzado ya el Puente de Piedra, el final de la misma iba por Avenida de Viana, antes de llegar al Hospital.
En la esquela en cuestión figuraban los nombres de sus hijos, Consuelo y Francisco; hijo político, Marco Rezola Erice; hermana, Juana; hermanos políticos, Martín Navasa y Santos Martínez, y nietos, María, Matilde, Marco y Consuelo.

El fundador de la dinastía

Con respecto al fundador de Ia dinastía,es decir, el padre del fallecido, Juan Emigdio Marrodán, indicaré que en veraño de 1851 había trasladado sus talleres ubicados en Arnedillo a la citada calle de Juan Lobo, esquina a Herrerías:” De este lugar se trasladó a la calle de las Delicias, hoy MigueI Villanueva, justamente a la esquina determinada por esta arteria con General Vara de Rey, y por consiguiente muy cerca de la estación de ferrocarril, que precisamente acababa de inaugurarse en el año 1863.
En este sitio figuró ya como fundición de hierro y con la denominación de "Salustiano Marrodán", personaje que como acabamos de ver fue el fallecido y que dirigió el importantísimo negocio hasta que se retiró y fue heredado por sus hijos.
En el año 1914, Salustiano ya no pudo ver cómo sus hijos, y, debido al gran crecimiento de la empresa, determinaron su traslado a la zona de nuestra capital denominada “Vuelta del Peine”; únicamente por lo que afectaba a sus talleres, disponiendo incluso de apartadero de ferrocarril.
«Marrodán. Y Rezola» permaneció en este lugar hasta el año 1970, en que la expansión de Logroño obligó su traslado al “Polígono Industrial de San Lázaro”, con prácticamente medio kilómetro de frente a la carretera de circunvalación, esquina a Siete lnfantes de Lara, y que, bajo el anagrama de Marzola, se fabrica en esta empresa la más moderna maquinaria.
Todos estos datos le fueron suministrados al cronista para la publicación de su obra «las calles de Logroño y su historia», por Javier Adarraga."
(Fin de la columna de Jerónimo Jiménez de Febrero de 1988 en diario La Rioja)
Juana Marrodán y López

Juana Marrodán y López fue la primera y más duradera mujer de mi abuelo, casada en segundas nupcias con él. No tuvieron descendencia.
Mi abuela Nati dejó a mi madre con diez años de edad. Tras su fallecimiento fue mimada y obsequiada por Don Francisco Marrodán y su mujer Antonia Meléndez. Tuvo una amistad fraternal con los hijos de Don Paco, como se le conocía en Logroño. Uno de ellos falleció en la guerra civil y mi abuelo y mi madre lo sintieron como si fuera familia cercana...