sábado, 28 de noviembre de 2009

Historia de los meses (10) Diciembre. Almanaque de la Madre de Familia de 1927



























Subsiste en la denominación de este mes la misma impropiedad, absurda y rutinaria, que se ha notado en Septiembre, Octubre y Noviembre.
Diciembre pudo razonablemente llevar este nombre mientras fue el Décimo mes del año en el primitivo calendario romano. Pero tan luego como se efectuó y quedó aceptada la reforma que lo llevó a ser el Duodécimo mes, ya no existía motivo alguno para justificar la contumacia de llamarle Décimo.
El mal emperador Cómodo, indigno hijo del gran Emperador Aurelio, cayó en la cuenta de la impropiedad y quiso subsanarla, pero no por amor a la verdad, sino obedeciendo a impulsos inferiores. En su anillo predilecto llevaba Cómodo grabado un retrato de mujer, de una favorita que le atrajo y retuvo enamorado durante larga temporada. La favorita se llamaba Amazona, y el emperador quiso dar al último mes del año el nombre de su amada.
Lo quiso, pero no lo consiguió. Aun cuando el Senado se mostró propicio al cumplimiento de la voluntad imperial, el pueblo rechazó resueltamente la imposición del recuerdo de una cortesana. Consciente de su dignidad, no quiso autorizar con el uso la .perpetuación de la memoria de una mujerzuela, y Diciembre continuó siendo nominalmente Diciembre.
El poeta Marcial, inspirándose en la nieve que comienza a descender cuando el año termina,llamó a Diciembre el Cano; y Ovidio, porque Diciembre traía y trae el frío, lo intituló Gélido. Pero los poetas no han tenido casi nunca la fortuna de ver aceptadas por el pueblo las expresiones de su voluptuosidad imaginativa, y por eso Diciembre sólo fue Cano y Gélido para discípulos y admiradores de Marcial y de Ovidio. Los pintores se conformaron con las denominaciones poéticas al representar a Diciembre en un anciano de cabellera y barba blancas, vestido de pieles y cargado con un haz de leña.
Actualmente se encuentra en estudio un amplio y radical proyecto de reforma del calendario, que cuenta, en principio, con la autorización del Jefe de la Iglesia Católica y con la colaboración de las principales naciones del mundo. (No logró reformarse con éxito...)
Es muy de desear que, al efectuarse esa reforma, se modifique y rectifique el nombre de algunos meses. Diciembre, llamado "mes santo" en algunas localidades, debe ser consagrado al Redentor: no hay, ni habrá mientras la Cruz abra sus brazos sobre la tierra, fasto alguno que pueda, en este mes, aspirar a conmemorar con mejor título que el de la Natividad del Señor Jesucristo.